ASSUMPTA FARRAN

Directora del Instituto Catalán de Energía, ICAEN y Presidenta de ENERAGEN

Vamos a centrar las actuaciones del Instituto Catalán de Energía en la democratización de la energía

Hablamos con la Presidenta de EnerAgen sobre el papel de las agencias y organismos públicos de energía en la Transición Energética

  • ¿Cuál cree que debe ser el papel de las agencias de energía en la transición energética?

  • Assumpta Farrán: Los compromisos de descarbonización adquiridos en París, así como el avance y competitividad económica de las tecnologías renovables y de almacenaje de la energía eléctrica no dejan ya ninguna duda de que estamos inmersos en la transición energética.

    El pasado mes de noviembre de 2016, la Comisión Europea presentó las más de 3000 páginas que constituyen el paquete de invierno de la estrategia energía-clima para 2030. Directivas, reglamentos y regulaciones que, por primera vez, se plantean de forma integral y que marcarán la política energética “ Clean energy for all Europeans” para la próxima década.

    La cuantificación de los objetivos -27% renovables, 30% eficiencia energética y 40% reducción de emisiones de gases de efecto invernadero-es discutible y probablemente requerirá de mayor ambición para dar viabilidad a los compromisos adoptados por la propia Comisión en la COP 21 celebrada en París y ratificada en 2016. Aun con ello, los principios que la rigen están bien definidos: Eficiencia energética en primer lugar, liderar el crecimiento de las energías renovables y dar un trato justo a los consumidores.

    La eficiencia energética y las energías renovables en sí mismas no suponen ninguna novedad. De hecho, los objetivos previstos tienen menor ambición que los aprobados en 2008 en los que se definían objetivos vinculantes del 20% de renovables con un punto de salida del 6% para 2020. En la estrategia “Energía limpia para todos los europeos” los objetivos para 2030 en energías renovables lo son para la Unión en su conjunto y sólo suponen un esfuerzo adicional de 7 puntos comparados con los 14 del período anterior.

    Pero lo que sin duda supone un cambio diferencial respecto a los objetivos 2020 es reconocer la necesidad de dar un trato justo a los ciudadanos.

    Las agencias de energía debemos identificar y liderar las acciones para que el ciudadano se sitúe en el centro del modelo energético y lo debemos hacer con el máximo compromiso puesto que de ello va a depender que la transición energética se encamine a un modelo más limpio, equitativo, distribuido y democrático.

  • ¿Qué aspectos considera imprescindibles para avanzar en la transición energética?

  • Assumpta Farrán: La energía es un bien básico para los consumidores. De su fiabilidad, seguridad y competitividad económica va a depender que el crecimiento de nuestra sociedad sea sostenible ambiental y socialmente. El mercado energético actual, ya sea de carburantes o de electricidad, se caracteriza por una oferta de baja competencia y una demanda con poca elasticidad. La liberalización del sector energético, sin que ello haya significado un incremento de la competencia, así como la extrema dependencia exterior de combustibles fósiles y uranio ha dado lugar a la creciente vulnerabilidad de los consumidores y a que la pobreza energética sea una realidad que debemos afrontar con urgencia.

    Por ello, las administraciones debemos garantizar el derecho fundamental al acceso a la energía. Pero seamos realistas, con una dependencia energética del exterior superior al 82%, con las decisiones de precio marcadas por las prioridades de los países de la OPEP y de otros países productores, lejos de ser democráticos en su mayor parte, esa garantía está muy  lejos de poder ser realidad.

    Por ello, la principal herramienta para garantizar el derecho al acceso de la energía pasa por impulsar sin ambigüedades las energías renovables autóctonas y dejar de subvencionar, de forma más o menos descarada, los combustibles fósiles. La menor tributación del diésel de automoción, aun siendo el carburante más contaminante, o los pagos por capacidad al carbón y al gas natural deben tener fecha de caducidad lo antes posible.

  • El trato justo a los ciudadanos, uno de los pilares de la transición energética de la Unión Europea. ¿Qué va a suponer?

  • Assumpta Farran: Es el mayor reto pero, también, el más gratificante si somos capaces de llevarlo adelante.  Estamos hablando de empujar una transición social que permita hacer realidad la democratización de la energía. Eso es quizás difícil de entender. Llevamos más de 100 años con un modelo energético donde las elevadas inversiones necesarias para disponer de recursos energéticos situados a miles de quilómetros, así como los costes elevados de las plantas de transformación, ya sean refinerías o centrales térmicas de gas, carbón o uranio, han dado lugar a un sistema energético en manos de oligopolios, puesto que son pocas las empresas que pueden afrontar esas grandes inversiones.

    Las curvas de aprendizaje de las energías renovables y, en especial, de la energía eólica y solar fotovoltaica están dando sus resultados. La tecnología fotovoltaica ha reducido sus costes en un 80% en los últimos 5 años y, en los países en donde no existen barreras absurdas al autoconsumo, incluso se pueden adquirir las placas solares en centros comerciales. En otras palabras, la tecnología para fabricar electricidad, esa tan costosa que requería de oligopolios, se puede disponer en casa a precios de bricolaje doméstico. Pero eso no es todo, los sistemas de almacenaje eléctrico para hacer el máximo de eficientes a las instalaciones solares domésticas, también están bajando de precio. Pues de eso va la transición energética: de introducir competencia en el mercado de la mano de muchas y pequeñas empresas que agreguen la generación de los ciudadanos y la pongan en ese mercado, por naturaleza, hasta hoy, de oligopolios.

  • ¿Van a apoyar al vehículo eléctrico?

  • Assumpta Farrán: Por supuesto. No sólo la energía solar fotovoltaica asociada al almacenaje en baterías va a permitir el cambio de modelo energético, sino que el incremento de cuota de mercado del vehículo eléctrico va a ir ligado a una mejora de la capacidad de las baterías y a una reducción del precio de éstas. Las mismas baterías que vamos a usar para el autoconsumo y para agregar la energía de muchos ciudadanos y ponerla en el mercado incrementando la competencia y bajando los costes del sistema eléctrico.

    Tampoco podemos olvidar la flexibilidad que la movilidad eléctrica va a introducir en el sistema eléctrico, una flexibilidad que va a ser muy necesaria a medida que se incremente el peso de las energías renovables, garantizando la necesaria estabilidad del sistema cuando no haga sol ni viento.

    El vehículo eléctrico va a ser el revulsivo para que la gestión de la demanda asuma un papel que hasta ahora no hemos sabido desarrollar, ayudando a aplanar la curva de demanda eléctrica y aportando capacidad al sistema cuando sea necesario.

    De hecho, tanto el autoconsumo fotovoltaico como el vehículo eléctrico suponen la hibridación perfecta de la eficiencia energética y las energías renovables.

  • ¿Qué líneas de trabajo va a priorizar el Instituto Catalán de Energía?

  • Assumpta Farrán: ICAEN está liderando las bases del Pacto Nacional para la Transición Energética, un proceso de concertación social en el que se han definido los ejes esenciales para el diseño de la transición energética en el horizonte del 2050 que permita llegar al 100% renovable. Para ello se han definido las apuestas en eficiencia energética, energías renovables, investigación e innovación, fiscalidad y financiación, entre otros.

    Somos conscientes que la regulación, la fiscalidad y la financiación vigentes están pensados para el modelo que queremos cambiar y que, por tanto, vamos a encontrar muchas resistencias para modificarlas. Aún con ello, la tecnología a precios competitivos es ya una realidad. Así, vamos a hacer posible el cambio de modelo con el trabajo conjunto de las administraciones locales y autonómicas y con los ciudadanos convencidos y comprometidos.

    Por ello, vamos a priorizar las actuaciones de sensibilización ligadas a la difusión de los beneficios de la movilidad eléctrica, el autoconsumo, el almacenaje en baterías y la sinergia exponencial de las tres tecnologías,  así como la necesidad de encontrar mecanismos para financiar la rehabilitación energética del parque de edificios construidos.

    Para avanzar en la movilidad eléctrica hemos creado el Plan estratégico para el desarrollo de la infraestructura de recarga, PIRVEC, dotado con 5,6M€ en el período 2017-2019. Garantizar la recarga de los vehículos eléctricos acelerará la decisión de los ciudadanos.

    Por lo que se refiere al autoconsumo, en especial el fotovoltaico, hemos creado la Mesa de Impulso al Autoconsumo fotovoltaico, ya que creemos que es el que más recorrido va a tener y porque está al alcance de los ciudadanos. Este sector no necesita ayudas, necesita que las administraciones y las distribuidoras no pongamos barreras artificiales e innecesarias. Pero la imposibilidad, legal que no tecnológica, del balance neto y de compartir la energía entre vecinos dificulta su viabilidad económica. Por eso, ICAEN está trabajando en un programa de ayudas a baterías asociadas a instalaciones fotovoltaicas.

    La renovación energética de edificios debe ser también una apuesta clara y aún más, con las directivas de eficiencia energética en edificios que estamos muy lejos de cumplir. La nueva edificación deberá ser de consumo casi cero en 2021. Para ello se deberá partir de un nivel mínimo de certificación energética A e introducir energías renovables.

    El edificio, el autoconsumo fotovoltaico, el almacenaje y el vehículo eléctrico tienen en común al ciudadano. De aquí la importancia de asumir que estamos delante de las palancas de la democratización de la energía.

    Y no debemos olvidar la red de distribución eléctrica. En esto la estrategia energía-clima de la Unión Europea es bastante clara. La directiva de normas comunes del mercado eléctrico asume que la viabilidad del autoconsumo fotovoltaico y del vehículo eléctrico va a requerir de redes inteligentes, Smart grid, que no limiten la posibilidad a los ciudadanos de generar, consumir, compartir, almacenar y vender su propia energía.

    Sabemos que la distribución es un monopolio natural, por lo que la regulación debe cumplirse y los criterios para retribuir a la inversión deben basarse en digitalizar la red y no en crecimientos vegetativos que no aportan nada a sus usuarios, ni tampoco en criterios poco claros.  Los peajes de la red de distribución suponen el principal coste regulado del sistema eléctrico, por lo que no debería haber excusa para avanzar en las Smart grids ni en ofrecer todos los datos de los contadores inteligentes a sus usuarios.

  • Aparentemente estamos muy lejos de todo ello. ¿El ciudadano se plantea todo esto? ¿Los medios de comunicación son conscientes de este cambio profundo?

  • Assumpta Farrán: Los medios de comunicación españoles, a excepción de la prensa digital especializada, están a años luz de todo lo que nos viene. Supongo que es más interesante hablar de las “subvenciones” a las renovables, del debate “a favor” de la energía nuclear, de los dividendos y compras de las grandes empresas,…. Pero de la transformación del modelo energético… No veo que la prensa hable de baterías, la verdad.  Pero eso no es así en todas partes. En EEUU y Alemania disponer de una instalación solar y una batería es normal, en Noruega y Holanda la cuota de mercado del vehículo eléctrico supera el 10% y, por cierto, la implantación de Tesla en Barcelona va de baterías y placas solares.

    Los retos que tenemos por delante no son sencillos y las resistencias al cambio van a estar presentes y serán inevitables. La regulación y la fiscalidad en España están a favor de un modelo que cada día se manifiesta más obsoleto y agotado. Las deficiencias de competencia, la elevada dependencia exterior y las elevadas externalidades ambientales, sociales y sobre la salud  deben dejar paso, mediante una transición justa, a un nuevo modelo más renovable, limpio, eficiente, saludable y democrático.

  • El Instituto Catalán de Energía, ICAEN, ostenta actualmente la presidencia de ENERAGEN, que integra agencias y organismos públicos en el ámbito de la energía de diferentes ámbitos territoriales y competenciales. Como presidenta de la Asociación: ¿cuál considera que es el principal valor añadido de contar con una Asociación de estas características?

  • Assumpta Farrán: ENERAGEN es la única asociación de agencias de energía de carácter estatal. Es un instrumento importante de coordinación, posicionamiento delante de los retos del sector energético e intercambio de conocimiento entre sus socios. La misma Unión Europea reconoce el papel de las agencias autonómicas y locales, ya que la política energética europea precisa la existencia específica y explícita de una visión e implementación local y regional, que complemente y potencie a las europeas y estatales.

    Sin la contribución de las agencias locales y regionales no será posible la transición energética europea a un modelo de energía limpia, ya que son estas entidades las que juegan un papel importante en la introducción de buenas prácticas de gestión energética, proporcionando información y orientación de calidad, y ofreciendo servicios basados en las necesidades locales.

    Además, su proximidad a ciudadanos y empresas las hace conocedoras de cada realidad local, con sus necesidades y dinámicas propias, y les permite acercarse a una materia compleja y transversal como es la energética desde sus múltiples vertientes. Y no hay que olvidar que las agencias de energía concentran un know-how muy potente, ya que integran un gran número de expertos específicos en energía del sector público.

  • ¿Qué objetivos orientan las actuaciones de la Asociación? ¿Qué líneas de trabajo serán prioritarias en 2017?

  • Assumpta Farrán: ENERAGEN es activa en muchos ámbitos energéticos, y desarrolla actividades y posicionamientos sobre los retos energéticos a partir de la creación de grupos de trabajo específicos; los actuales son autoconsumo (principalmente a partir de energía solar fotovoltaica), movilidad eléctrica y eficiencia energética. Estos ámbitos, conjuntamente con la identificación y desarrollo de mecanismos de financiación y de contratación innovadora para los proyectos de eficiencia energética y energías renovables, son los ejes de trabajo principales para 2017.