La nueva medida impulsada por el Gobierno para que los Ayuntamientos rebajen el IBI hasta un 20% en viviendas energéticamente eficientes ha sido bien acogida por el sector. En concreto, desde EnerAgen se considera un “estímulo para el ciudadano en la reducción de su consumo de energía”.
Sugerencias y colaboración con los Ayuntamientos. Si bien EnerAgen valora positivamente la medida, señala también la necesidad de evitar que se adopten medidas en la aplicación de la norma por parte de los ayuntamientos que provoquen desequilibrios entre territorios, “ya que las necesidades energéticas de los ciudadanos y la tipología constructiva varían en función de la zona climática en la que vivan”.
Por este motivo, la Asociación incide en que “las agencias de energía podríamos trabajar con los ayuntamientos en función de su zona climática en la definición de los aspectos técnicos a cumplir”.
EnerAgen aboga por la inclusión de medidas de incentivación, vía ayudas a la inversión y desgravaciones, junto con un seguimiento más profundo de la calidad de los certificados de eficiencia energética de las viviendas, que servirán para tomar la decisión de medidas de rehabilitación energética por parte del usuario final atendiendo a criterios estrictamente económicos.
También la Asociación de Agencias de Eenergía entiende que hay que estar muy vigilantes a los aspectos sociales dado que las personas con menos recursos suelen habitar viviendas con peor calificación energética, y que el impacto de esta medida puede no ser suficiente para ayudarlas a reducir su consumo de energía, por lo que una reducción del IBI debería acompañarse de medidas complementarias de apoyo que garantizasen la reducción efectiva del consumo de energía primaria en dichos edificios. En este sentido, hay que tener presentes las circunstancias económicas en cada territorio y el efecto de desigualdad que puede provocarse a largo plazo en función de las capacidades adquisitivas (parques de viviendas eficientes habitadas por personas con alta capacidad adquisitiva y parques de viviendas ineficientes habitadas por personas con baja capacidad adquisitiva).
Influencia para la rehabilitación energética
En relación a la eficacia esta medida en cuanto a conseguir una mayor visibilidad o de incrementar la necesidad de rehabilitar basándose en criterios de mayor eficiencia, desde EnerAgen se valora positivamente este tipo de iniciativas, ya que la rehabilitación energética de los edificios permitiría incluir como beneficio económico adicional esta desgravación dentro del análisis económico que las empresas y profesionales del sector llevan a cabo a sus posibles clientes.
No obstante, para la Asociación es importante tomarla en su justa medida ya que no considera que vaya a suponer un “revulsivo” teniendo en cuenta que “el importe del recibo de IBI medio nacional se situaba en 2013 en 789 euros, por lo que una rebaja máxima del 20% supondría un ahorro de 158 euros anuales”.
Por otra parte, es importante resaltar el hecho de que este tipo de medidas favorece el trabajo de los profesionales que operan en el sector. La rebaja del IBI y de este tipo de medidas que pondrán en marcha los ayuntamientos podría abrir el camino a nuevas propuestas por parte de las Administraciones Públicas.
La obligatoriedad de construir edificios de consumo de energía casi nulo fijado por la Directiva Europea 2010/31/UE puede ser un acicate para para impulsar medidas en ese sentido, aunque desde EnerAgen se subraya que “quedan fuera de la obligación los edificios existentes salvo en el caso de reformas importantes. Esta desgravación puede hacer que más propietarios se planteen la posibilidad de rehabilitar sus viviendas”.
Por último, EnerAgen destaca el papel que desempeña la tecnología para mejorar la calificación energética de los inmuebles, siendo un elemento “clave” ya que para reducir la demanda energética es básica una correcta gestión energética, contar con sistemas eficientes de climatización y agua, mejorar el aislamiento o utilizar fuentes energéticas renovables.
En resumen, desde EnerAgen se apoya la adopción de cualquier iniciativa de sensibilización de los ciudadanos encaminada al desarrollo de proyectos de mejora de la eficiencia energética. Las agencias de energía vienen colaborando en el asesoramiento y desarrollo de proyectos desde hace años, llevándolos a cabo en edificios públicos, apoyando su aplicación en promociones privadas o verificando los resultados obtenidos para incluir mejoras regulatorias o proponer cambios en las mismas.