El consumo primario disminuyó un 22%, la calidad del suministro eléctrico mejoró un 13% y el consumo de fuentes renovables creció un 240%.
Andalucía redujo en un 31% las emisiones de dióxido de carbono (CO2) asociadas a la energía y en un 22% el consumo primario entre 2007 y 2016, además de mejorar en un 13% la calidad del suministro eléctrico. Estos son los principales datos de un informe de la Agencia Andaluza de la Energía que ha presentado al Consejo de Gobierno el titular de Empleo, Empresa y Comercio, Javier Carnero. El trabajo, que analiza la evolución de los objetivos marcados por la Estrategia Energética de Andalucía 2020, constata también el avance en el uso de fuentes renovables durante la última década.
Las emisiones de CO2 vinculadas a la combustión de energía fósil se situaron en 37,7 millones de toneladas en 2016. La reducción del 31% en diez años fue cinco puntos superior a la lograda en el conjunto de España (26%) y superó ya el 30% fijado por la estrategia andaluza para el año 2020.
En el caso de la disminución del consumo de energía primaria (aquella que está disponible en la naturaleza antes de ser convertida o transformada), el 22% conseguido gracias a las medidas de eficiencia se acerca al 25% marcado como objetivo. También se sigue el ritmo de cumplimiento en la mejora de la calidad del suministro eléctrico, con un 13% muy próximo a la meta del 15% marcada para 2020. Este indicador se basa en datos como la duración media de los cortes de electricidad (un 14% menos) o el número total de los mismos (10% inferior a los de hace una década).
En relación con el consumo de fuentes renovables, el informe señala un incremento del 240% entre 2005 y 2016, frente al 100% nacional, y una disminución del 26% en el uso de combustibles fósiles (el mismo porcentaje que en España). Las energías limpias aportaron en 2016 el 17,6% del consumo bruto final andaluz (para 2020, el objetivo es llegar al 25%), el 39% de la generación eléctrica y el 40% del consumo de electricidad.
Con estos datos, la tasa de dependencia del exterior se situó en el 80%, frente al 90% del año 2000. Teniendo en cuenta sólo la energía eléctrica, la reducción fue del 83% al 56%.
La Agencia Andaluza de la Energía tiene entre sus competencias la gestión de toda la información sobre este ámbito en la comunidad autónoma. Entre sus instrumentos de difusión destaca la publicación anual “Datos energéticos”, que sigue la metodología de la Oficina Europea de Estadística (Eurostat) y recaba más de 3.000 indicadores procedentes de 40 empresas y organizaciones. La Agencia también elabora los informes trimestrales “Infraestructuras Energéticas de Andalucía” y “Situación de las Energías Renovables en Andalucía”, además de controlar en tiempo real el suministro eléctrico a través del Centro de Evaluación y Seguimiento Energético de Andalucía (Cesea). En su página web están disponibles otras herramientas como Info-Energía, con información estadística de coyuntura, o el Mapa de Infraestructuras Energéticas de Andalucía, sobre la red de transporte y distribución.
Para realizar una buena planificación energética es imprescindible tener un conocimiento en profundidad de la coyuntura energética de la Comunidad: qué se demanda, cómo se cubre esa demanda y qué recursos se tienen disponibles.
Por ello, es necesario contar con información de calidad y sistematizada que nos ayude a prever, ajustar y evaluar las demandas de energía y a llevar a cabo el análisis pertinente que sirva de base para definir las actuaciones a desarrollar desde todos los niveles de la administración autonómica, aportando valor a empresas y ciudadanos andaluces.