El Ente Vasco de la Energía constata un aumento generalizado de solicitudes de ayuda para instalaciones renovables en 2020 y 2021.

El cierre definitivo de los programas de ayuda a las renovables de los ejercicios 2020 y 2021 ha aportado un aumento significativo del número de instalaciones de autoconsumo en Euskadi, con especial incidencia en el sector residencial así como en el industrial, donde despega con instalaciones de mayor potencia.

Los programas de ayuda del Ente Vasco de la Energía  a las fuentes energéticas renovables abiertos en 2020 coincidieron con las circunstancias adversas vividas durante diferentes fases de la pandemia del COVID-19. Ante las dificultades existentes para la puesta en marcha de las instalaciones, las ayudas fueron prorrogadas hasta junio de 2021 para facilitar que se pudiesen completar las plantas.

En este contexto, las nuevas instalaciones realizadas suman un total de 915 plantas solares fotovoltaicas que han recibido el apoyo de los programas de ayuda de la agencia energética vasca. La potencia instalada alcanzó los 21 MW, prácticamente la misma cantidad que se había puesto en marcha en todas las instalaciones solares fotovoltaicas hasta el año 2019. La producción eléctrica que aportan equivale al 36% de la generación fotovoltaica de 2020 y al 2% de la generación total renovable de Euskadi del mismo año. En total, Euskadi cuenta con 26 MW solares de autoconsumo.

Por Territorios Históricos, la distribución de las instalaciones es similar, y en número destacan las realizadas para el sector residencial, que copan el 65% de las mismas, seguidas por el industrial, con un 19% de las instalaciones. Este último sector destaca por el mayor tamaño de sus plantas solares, ya que el 62% de la potencia instalada en el periodo 2020-2021 corresponde a las instalaciones fotovoltaicas de la industria. En este sentido, este sector consolida su apuesta por la transición energética y accede a una energía renovable para abastecer parte de sus necesidades energéticas para la producción. Con ello, además, ajusta sus costes por el encarecimiento de la factura eléctrica gracias a la estabilidad que ofrece el autoconsumo y, por tanto, mejora su competitividad.

La intensidad de las ayudas ha rondado una media del 20% del coste elegible, según cada caso, y han inducido un total de 20.000.000€ en las inversiones necesarias para la puesta en marcha del conjunto de instalaciones. Los programas de ayuda de 2020 contaron con una dotación inicial de 8M€.

Estas instalaciones consolidan el paso para hacer realidad un nuevo sistema energético en Euskadi donde el consumidor pasa a gestionar la energía que consume. En los últimos 40 años se ha logrado transformar el mix energético para contener el uso de derivados del petróleo y eliminar el carbón. El siguiente paso, y en sintonía con la Estrategia Energética del Gobierno Vasco al año 2030, será seguir transformando el modelo hacia un mix cada vez más basado en fuentes renovables, aumentando su uso en un 125% de forma que supongan el 21% de nuestro consumo final de energía. En este sentido, el modelo planificado del autoconsumo supone un cambio de paradigma en el que las personas consumidoras son también productoras de la energía limpia que consumen.

Instalaciones térmicas
Las instalaciones de geotermia, biomasa y solar térmica instaladas y que han contado con el apoyo del EVE en el periodo han sido un total de 200,  con una incidencia mayoritaria en el sector residencial donde se han instalado el 85% de las mismas. Se han destinado principalmente a calefacción y agua caliente sanitaria, y han estado repartidas de forma igualitaria  en Araba, Bizkaia y en Gipuzkoa.

La tecnología más utilizada ha sido la biomasa (55%) seguida de la geotermia (31%) y la solar térmica (14%). Por sectores, junto al residencial destaca la Administración pública con instalaciones de mayor tamaño. Estas ayudas han inducido inversiones superiores a los 8.000.000€ en tecnologías térmicas.